La psicología nace de la necesidad de todos aquellos que quieren un cambio en su vida; que crean que pueden aprender conductas más funcionales con el objetivo de sentirse bien con ellos mismos, o que necesiten resolver ciertas dudas para conseguir un equilibrio propio y personal.
Y es que las necesidades no tienen por qué surgir en momentos dificultosos. Muchas veces, un psicólogo puede ayudar tanto en los momentos malos como en los buenos. Debemos empezar a percibir que el psicólogo nos puede reeducar en la modificación de ciertas conductas tanto de manera preventiva como resolutiva.
Debe existir el momento para empezar, y ese momento puede ser AHORA. El momento de concienciarnos, de percibir, de conocernos.